América Latina y el Caribe enfrentan desafíos significativos en el sector educativo que amenazan el cumplimiento de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Un reciente informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) destaca la necesidad de una acción urgente para abordar estos problemas y promover una educación inclusiva y de calidad en la región. Cuando el sector educativo enfrenta desafíos como la baja calidad, la desigualdad en el acceso y la falta de pertinencia con las necesidades del desarrollo sostenible, se obstaculiza el progreso hacia varios ODS, lo que pone en evidencia el rol decisivo que tienen las universidades en la construcción de un futuro más sostenible e inclusivo.
El informe de la CEPAL revela que 250 millones de niños y niñas en el mundo no asistieron a la escuela en 2023, una cifra alarmante que pone en jaque los avances hacia el ODS 4 (educación de calidad) y refleja un 'potencial futuro perdido' al representar un 11% de la población en edad escolar. A pesar de ciertos progresos, la educación sigue reproduciendo patrones de desigualdad: el acceso, la cobertura y la calidad educativa son marcadamente inferiores entre personas de bajos ingresos, comunidades indígenas, afrodescendientes y zonas rurales.
En este escenario, las universidades emergen como actores claves para revertir esta tendencia, ya que no solo forman profesionales con conciencia social, sino que también generan conocimiento, lideran investigaciones relevantes y participan activamente en la construcción de políticas públicas orientadas a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Si bien el informe señala avances en la participación en la educación de la primera infancia (72%) y la tasa de finalización de la educación secundaria alta (65%), los análisis del Instituto de Estadística de la UNESCO indican que las tendencias actuales son insuficientes para alcanzar las metas establecidas para 2030.
El informe advierte que, aunque la pobreza extrema ha disminuido levemente en 2023 (10,6%), las proyecciones más optimistas indican que no se erradicará para 2030. Las causas son estructurales: la pobreza afecta con mayor intensidad a quienes tienen menor escolaridad, y la desigualdad sigue siendo alarmante, con un índice de Gini promedio de 0,452 en 2023
Frente a este panorama, el documento resalta que las universidades deben fortalecer su pertinencia: diseñar programas alineados con las realidades sociales, impulsar la inclusión laboral de sus egresados y fomentar habilidades para afrontar desafíos globales como el cambio climático, la innovación tecnológica y la justicia social.
Este informe representa una invitación urgente para que las universidades del país refuercen su compromiso con la equidad social, revisen su oferta académica desde una perspectiva de pertinencia territorial y generacional, y asuman su rol como pilares de una sociedad más justa. Desde la formación de agentes de cambio, hasta la generación de conocimiento útil para las políticas públicas, la universidad tiene hoy la oportunidad y la responsabilidad de ser protagonista en la superación de la pobreza y la consolidación del desarrollo sostenible.
La Oficina de Planeación invita a consultar el documento completo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Publicado el 2 de abril de 2025.

Artículo escrito por:
Luisa Fernanda Bobadilla Murcia (Técnica de Planeación)